El mito de las hormonas adicionadas al pollo de engorde 

El mito de las hormonas añadidas al pollo de engorde 

Aunque la carne de pollo es la segunda proteína cárnica de mayor consumo en el mundo, con un alto valor nutrimental y versatilidad en la cocina, no está exenta de ideas erróneas que dan lugar a los mitos alrededor de este importante producto pecuario, siendo el mito de las hormonas adicionadas durante su producción, el de mayor arraigo.  

Por definición, de acuerdo a la Real Academia Española, un mito es una persona o cosa a la cual se le atribuyen cualidades que no tiene. Y, si establecemos que la idea de hormonas adicionadas al pollo de engorde es un mito, entonces tenemos que brindar el fundamento basado en ciencia de cómo se cría un pollo para que el mito desaparezca. 

Desafortunadamente, este mito se ha arraigado a partir de la comparación del peso y desarrollo del pollo de engorde de hace unas décadas versus el actual. Por tanto, debemos iniciar estableciendo que el pollo de engorde actual tiene la habilidad de crecer y ganar peso rápidamente, y este aspecto está relacionado con los cuatro eslabones de la avicultura que son: la genética, la alimentación, el manejo y la medicina preventiva. Si falta uno de estos eslabones no se logra una producción de pollo de engorde exitosa. 

Si pudiéramos decir cuál de los eslabones fue el inicio para lograr el pollo de engorde actual, que es tremendamente eficiente para transformar el alimento en carne, debemos citar a la genética; ya que a través del mejoramiento genético (cruza dirigida de animales buscando características productivas sobresalientes, a través de la progenie o descendencia, es decir, a través de la herencia), se consiguió tener aves que han logrado que en los últimos 50 años la avicultura haya incrementado diez veces la producción de carne de pollo… mientras que la carne de res solamente se ha duplicado.  

Pero no solo se logró mayor eficiencia alimenticia a través del mejoramiento genético, sino también se logró acortar los ciclos productivos, al reducir el número de días que un pollo de engorde requiere para alcanzar el peso de mercado. Es importante explicar que la cantidad de investigación científica que un área tiene, se refleja en la cantidad de artículos científicos publicados. Al analizar la cantidad de artículos científicos publicados en todas las áreas que comprenden la avicultura, la genética se destaca con la mayor cantidad de publicaciones científicas. 

A pesar de los grandes avances en la genética aviar, y del potencial genético heredado de sus padres que poseen las estirpes actuales de pollo de engorde, esta no es suficiente para lograr una producción exitosa, se requiere del resto de los eslabones que son una excelente nutrición que cubra las necesidades del ave de acuerdo a su edad, además de un excelente manejo que provea las condiciones de confort que requieren las aves para mostrar su potencial genético. Y por último, un programa de medicina preventiva basado en programas de vacunación para la prevención de enfermedades, así como programas de bioseguridad que eviten la entrada, así como el control y salida de microorganismos patógenos de las granjas avícolas.  

En resumen: la genética, nutrición, manejo y medicina preventiva han logrado que la edad promedio del pollo de engorde se haya reducido de 112 días (1957) a 35-42 días en la actualidad, mientras que el peso vivo se ha incrementado de 1.1 en 1957 a pesos actuales de 2.6 kg a los 35 días, mientras que a los 42 días se puede alcanzar un peso de 2.9 a 3.2 kg.

Además, que los 4 eslabones explican las condiciones que necesitan ser cubiertas para que el pollo de engorde exprese su potencial genético, y no requiera el uso de hormonas adicionadas. Existen razones fisiológicas que son sencillas y que muestran porque utilizar un anabólico o un producto hormonal no es necesario para la producción de la carne de pollo.  

En la producción de carne de pollo, las aves desde muy jóvenes son llevadas a la planta de procesamiento y alcanzan su peso de comercialización a los 35 días en casos de aves pequeñas; a los 42 días en pollo grande. Por tanto, el ciclo productivo del pollo de engorde es muy corto para poder observar el efecto de un esteroide hormonal. Además, es conveniente aclarar que no existen anabólicos esteroidales aprobados y desarrollados para pollo de engorde.     

El pollo de engorde no tiene el tiempo suficiente para el efecto de un implante anabólico, debido a su corto ciclo productivo. 

El tiempo que requiere un producto anabólico esteroidal para actuar es de 60 días desde la aplicación del esteoride hasta el inicio de desarrollo de músculo. Teniéndolo en cuenta, podemos entender que utilizar un producto de este tipo significa hacer un gasto que no se va recuperar porque no obtendremos beneficio económico al término del ciclo productivo. 

Citando a la doctora Tania Román, en Cargill, “Las buenas prácticas pecuarias, el mejoramiento genético, la nutrición, y el programa sanitario y bioseguridad, aseguran el crecimiento adecuado del ave, y no es necesario el uso de hormonas”.

La carne de pollo se considera un producto asequible debido a su bajo precio (comparado con otras carnes) y a la conveniencia accesible para adquirirlo, por tanto, se convierte en una carne de alto consumo en países latinoamericanos, esto es gracias a la eficiencia de la especie y a la cuidadosa evaluación de los insumos utilizados en las granjas de pollo de engorde para lograr como producto final un producto accesible a la mayoría de los bolsillos de los consumidores.  

Conseguir que la carne de pollo sea un producto pecuario asequible es un esfuerzo constante de la producción avícola, ya que implica enfrentar fluctuaciones de precio en aspecto de granos y por tanto de alimentación, así como otros insumos fundamentales como la calefacción, electricidad, etc.  

Adicionar un insumo que es costoso como el caso de implantes anabólicos, los cuales cuestan alrededor de USD $ 1.17 a 3.70 por implante, si estos fueran utilizados en la avicultura Esquivel-Hernandez et al (2016) calculan un costo de USD$ 1.59 a 3.25 por pollo, lo que representaría 10 veces el costo total estimado de vacunas, electricidad y calefacción (USD$ 0.13-0.23 para costos de producción en USA), lo que representaría un costo muy alto para ser compensado, por el aspecto ya antes mencionado del ciclo corto, en el cual no se observa beneficio del uso de estos productos y sin lugar a dudas incrementa el costo de producción y por tanto el precio al consumidor. 

Existe información sin fundamento en internet que cita que el pollo de engorde es sometido a inyecciones de hormonas, esto tampoco es correcto porque un pollo requeriría recibir inyecciones diarias con el mismo resultado de los implantes, es decir, sin beneficio en la ganancia diaria de peso debido al ciclo corto de producción. Sin embargo el manejo de estas inyecciones representa un costo en cuanto a mano de obra, más el costo del producto hormonal, que es importante decir que los productos hormonales son muy costosos, (En un estudio publicado por Lee et al. 2006, donde adolescentes recibieron un tratamiento con hormona del crecimiento para buscar un incremento en la talla, se observó un costo de USD$ 99,959 por paciente para lograr un crecimiento de 4.8 cm). 

Por lo tanto, utilizar productos que no tengan beneficio a la producción de pollo de engorde, es un gasto inútil y una situación que no sucede, dado que la avicultura mundial se esfuerza por mantener un bajo costo de producción de un kilo de carne para mantener el acceso a este preciado producto pecuario a un mayor número de consumidores.   

Referencias bibliográficas 

Castañeda S.M.P., Morales de León, J.C y Sánchez P.M.E. El pollo: mitos, realidades y beneficios. 2022. Instituto Nacional Avícola, Ciudad de México. ISBN: 978-1-5136-8497-0 

Pollo de engorde Cobb 500, Suplemento informativo sobre rendimiento y nutrición, 2022. Editado por Cobb Vantress 

Collins, K.E. Kiepper, B.H. Ritz, C.W. McLendon, B.L. and J. L. Wilson. 2014. Growth, livability, feed consumption, and carcass composition of the Athens Canadian Random Bred 1955 meat-type chicken versus the 2012 high-yielding Cobb 500 broiler. Poultry Science 93 :2953–2962. http://dx.doi.org/ 10.3382/ps.2014-04224 

Chickens Do Not Receive Growth Hormones: So Why All the Confusion? https://www.thepoultrysite.com/articles/chickens-do-not-receive-growth-hormones-so-why-all-the confusion 

Esquivel-Hernandez Y. Ahumada-Cota R.E. Attene-Ramos M. Alvarado C.Z. Castañeda-Serrano M.P. and Nava-Morales G.M. Making things clear: Science-based reasons that chickens are not fed growth hormones. 2016. Trends in food science and technology. http://dx.doi.org/10.1016/j.tifs.2016.01.013 

Pollo de engorde Ross 308, Ross 308FF, Objetivos de rendimiento 2022. Editado por la casa genética Ross Aviagen 

United States Department of Agriculture (2002). Code of Federal Regulations, Title 9, Sec 381.166. 

U. S. Department of Agriculture (2016). National Nutrient Database for Standard Reference. USDA. Recuperado de https://ndb.nal.usda.gov/. 

Wenther, J. B. (2010). Basics of Meat Science. En Nassau products. On-line 800.432.0105. 

Zuidhof , M.J. Schneider B.L. Carney, V.L. Korver, D.R and F. E. Robinson. Growth, efficiency, and yield of commercial broilers from 1957, 1978, and 2005. 2014. Poultry Science 93 :1–13. http://dx.doi.org/ 10.3382/ps.2014-04291  

 

El mito de las hormonas añadidas al pollo de engorde 

Aunque la carne de pollo es la segunda proteína cárnica de mayor consumo en el mundo, con un alto valor nutrimental y versatilidad en la cocina, no está exenta de ideas erróneas que dan lugar a los mitos alrededor de este importante producto pecuario, siendo el mito de las hormonas adicionadas durante su producción, el de mayor arraigo.  

Por definición, de acuerdo a la Real Academia Española, un mito es una persona o cosa a la cual se le atribuyen cualidades que no tiene. Y, si establecemos que la idea de hormonas adicionadas al pollo de engorde es un mito, entonces tenemos que brindar el fundamento basado en ciencia de cómo se cría un pollo para que el mito desaparezca. 

Desafortunadamente, este mito se ha arraigado a partir de la comparación del peso y desarrollo del pollo de engorde de hace unas décadas versus el actual. Por tanto, debemos iniciar estableciendo que el pollo de engorde actual tiene la habilidad de crecer y ganar peso rápidamente, y este aspecto está relacionado con los cuatro eslabones de la avicultura que son: la genética, la alimentación, el manejo y la medicina preventiva. Si falta uno de estos eslabones no se logra una producción de pollo de engorde exitosa. 

Si pudiéramos decir cuál de los eslabones fue el inicio para lograr el pollo de engorde actual, que es tremendamente eficiente para transformar el alimento en carne, debemos citar a la genética; ya que a través del mejoramiento genético (cruza dirigida de animales buscando características productivas sobresalientes, a través de la progenie o descendencia, es decir, a través de la herencia), se consiguió tener aves que han logrado que en los últimos 50 años la avicultura haya incrementado diez veces la producción de carne de pollo… mientras que la carne de res solamente se ha duplicado.  

Pero no solo se logró mayor eficiencia alimenticia a través del mejoramiento genético, sino también se logró acortar los ciclos productivos, al reducir el número de días que un pollo de engorde requiere para alcanzar el peso de mercado. Es importante explicar que la cantidad de investigación científica que un área tiene, se refleja en la cantidad de artículos científicos publicados. Al analizar la cantidad de artículos científicos publicados en todas las áreas que comprenden la avicultura, la genética se destaca con la mayor cantidad de publicaciones científicas. 

A pesar de los grandes avances en la genética aviar, y del potencial genético heredado de sus padres que poseen las estirpes actuales de pollo de engorde, esta no es suficiente para lograr una producción exitosa, se requiere del resto de los eslabones que son una excelente nutrición que cubra las necesidades del ave de acuerdo a su edad, además de un excelente manejo que provea las condiciones de confort que requieren las aves para mostrar su potencial genético. Y por último, un programa de medicina preventiva basado en programas de vacunación para la prevención de enfermedades, así como programas de bioseguridad que eviten la entrada, así como el control y salida de microorganismos patógenos de las granjas avícolas.  

En resumen: la genética, nutrición, manejo y medicina preventiva han logrado que la edad promedio del pollo de engorde se haya reducido de 112 días (1957) a 35-42 días en la actualidad, mientras que el peso vivo se ha incrementado de 1.1 en 1957 a pesos actuales de 2.6 kg a los 35 días, mientras que a los 42 días se puede alcanzar un peso de 2.9 a 3.2 kg.

Además, que los 4 eslabones explican las condiciones que necesitan ser cubiertas para que el pollo de engorde exprese su potencial genético, y no requiera el uso de hormonas adicionadas. Existen razones fisiológicas que son sencillas y que muestran porque utilizar un anabólico o un producto hormonal no es necesario para la producción de la carne de pollo.  

En la producción de carne de pollo, las aves desde muy jóvenes son llevadas a la planta de procesamiento y alcanzan su peso de comercialización a los 35 días en casos de aves pequeñas; a los 42 días en pollo grande. Por tanto, el ciclo productivo del pollo de engorde es muy corto para poder observar el efecto de un esteroide hormonal. Además, es conveniente aclarar que no existen anabólicos esteroidales aprobados y desarrollados para pollo de engorde.     

El pollo de engorde no tiene el tiempo suficiente para el efecto de un implante anabólico, debido a su corto ciclo productivo. 

El tiempo que requiere un producto anabólico esteroidal para actuar es de 60 días desde la aplicación del esteoride hasta el inicio de desarrollo de músculo. Teniéndolo en cuenta, podemos entender que utilizar un producto de este tipo significa hacer un gasto que no se va recuperar porque no obtendremos beneficio económico al término del ciclo productivo. 

Citando a la doctora Tania Román, en Cargill, "Las buenas prácticas pecuarias, el mejoramiento genético, la nutrición, y el programa sanitario y bioseguridad, aseguran el crecimiento adecuado del ave, y no es necesario el uso de hormonas".

La carne de pollo se considera un producto asequible debido a su bajo precio (comparado con otras carnes) y a la conveniencia accesible para adquirirlo, por tanto, se convierte en una carne de alto consumo en países latinoamericanos, esto es gracias a la eficiencia de la especie y a la cuidadosa evaluación de los insumos utilizados en las granjas de pollo de engorde para lograr como producto final un producto accesible a la mayoría de los bolsillos de los consumidores.  

Conseguir que la carne de pollo sea un producto pecuario asequible es un esfuerzo constante de la producción avícola, ya que implica enfrentar fluctuaciones de precio en aspecto de granos y por tanto de alimentación, así como otros insumos fundamentales como la calefacción, electricidad, etc.  

Adicionar un insumo que es costoso como el caso de implantes anabólicos, los cuales cuestan alrededor de USD $ 1.17 a 3.70 por implante, si estos fueran utilizados en la avicultura Esquivel-Hernandez et al (2016) calculan un costo de USD$ 1.59 a 3.25 por pollo, lo que representaría 10 veces el costo total estimado de vacunas, electricidad y calefacción (USD$ 0.13-0.23 para costos de producción en USA), lo que representaría un costo muy alto para ser compensado, por el aspecto ya antes mencionado del ciclo corto, en el cual no se observa beneficio del uso de estos productos y sin lugar a dudas incrementa el costo de producción y por tanto el precio al consumidor. 

Existe información sin fundamento en internet que cita que el pollo de engorde es sometido a inyecciones de hormonas, esto tampoco es correcto porque un pollo requeriría recibir inyecciones diarias con el mismo resultado de los implantes, es decir, sin beneficio en la ganancia diaria de peso debido al ciclo corto de producción. Sin embargo el manejo de estas inyecciones representa un costo en cuanto a mano de obra, más el costo del producto hormonal, que es importante decir que los productos hormonales son muy costosos, (En un estudio publicado por Lee et al. 2006, donde adolescentes recibieron un tratamiento con hormona del crecimiento para buscar un incremento en la talla, se observó un costo de USD$ 99,959 por paciente para lograr un crecimiento de 4.8 cm). 

Por lo tanto, utilizar productos que no tengan beneficio a la producción de pollo de engorde, es un gasto inútil y una situación que no sucede, dado que la avicultura mundial se esfuerza por mantener un bajo costo de producción de un kilo de carne para mantener el acceso a este preciado producto pecuario a un mayor número de consumidores.   

Referencias bibliográficas 

Castañeda S.M.P., Morales de León, J.C y Sánchez P.M.E. El pollo: mitos, realidades y beneficios. 2022. Instituto Nacional Avícola, Ciudad de México. ISBN: 978-1-5136-8497-0 

Pollo de engorde Cobb 500, Suplemento informativo sobre rendimiento y nutrición, 2022. Editado por Cobb Vantress 

Collins, K.E. Kiepper, B.H. Ritz, C.W. McLendon, B.L. and J. L. Wilson. 2014. Growth, livability, feed consumption, and carcass composition of the Athens Canadian Random Bred 1955 meat-type chicken versus the 2012 high-yielding Cobb 500 broiler. Poultry Science 93 :2953–2962. http://dx.doi.org/ 10.3382/ps.2014-04224 

Chickens Do Not Receive Growth Hormones: So Why All the Confusion? https://www.thepoultrysite.com/articles/chickens-do-not-receive-growth-hormones-so-why-all-the confusion 

Esquivel-Hernandez Y. Ahumada-Cota R.E. Attene-Ramos M. Alvarado C.Z. Castañeda-Serrano M.P. and Nava-Morales G.M. Making things clear: Science-based reasons that chickens are not fed growth hormones. 2016. Trends in food science and technology. http://dx.doi.org/10.1016/j.tifs.2016.01.013 

Pollo de engorde Ross 308, Ross 308FF, Objetivos de rendimiento 2022. Editado por la casa genética Ross Aviagen 

United States Department of Agriculture (2002). Code of Federal Regulations, Title 9, Sec 381.166. 

U. S. Department of Agriculture (2016). National Nutrient Database for Standard Reference. USDA. Recuperado de https://ndb.nal.usda.gov/. 

Wenther, J. B. (2010). Basics of Meat Science. En Nassau products. On-line 800.432.0105. 

Zuidhof , M.J. Schneider B.L. Carney, V.L. Korver, D.R and F. E. Robinson. Growth, efficiency, and yield of commercial broilers from 1957, 1978, and 2005. 2014. Poultry Science 93 :1–13. http://dx.doi.org/ 10.3382/ps.2014-04291  

 

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